El Senado de la República mexicana aprobó el pasado miércoles un dictamen que regula el uso lúdico (uso recreativo) y medicinal de la marihuana, un paso más hacia la posible legalización en el país, un proceso que se ha detenido, pausado, suspendido y nuevamente impulsado en los últimos años. Pero, ¿esto qué quiere decir? ¿La marihuana ya es legal? No, pese a que el dictamen se aprobó en lo general, todavía es necesario discutirlo en la cámara baja del senado.
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El investigador del programa de Política de Drogas y maestro en Ciencias Políticas por el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) Raul Bejarano, explica que una vez que esto se discuta y se dé el visto bueno por la Cámara de Diputados, se procederá a publicar lo aprobado en el Diario Oficial de la Federación (DOF): “la ley no tiene efecto hasta que todo ese proceso legislativo suceda”, sentencia el especialista.
Entre los usos que serán regulados están el personal, el lúdico, el farmacéutico, el médico, los cosmetológicos y de investigación. En el anteproyecto, obtenido por un medios de comunicación mexicano, se indica también que la ley garantice el acceso de la cannabis a los pacientes con enfermedades de difícil tratamiento con el objetivo de que estos puedan mejorar su bienestar.
En concreto, el uso lúdico de la marihuana aún tiene todo un proceso por atender. Pero la inminente legalización de esta sustancia psicoactiva abre un gran debate, pues aún se duda si impactará de forma positiva en un país de tantas grietas donde la guerra contra las drogas ha dejado más de 250,000 muertos en poco más de una década.
Uno de los beneficios que se esperan de la legalización de la marihuana es una disminución en los índices de violencia generados por el narcotráfico. Sin embargo, para el académico del CIDE, la reciente aprobación en el Senado evidencia un tipo de regulación que por sus características hace suponer que no alcanzará tal objetivo.
A pesar de las críticas, la iniciativa se votará en el pleno la semana próxima, luego se enviará para su análisis y aprobación en la Cámara de Diputados y finalmente deberá ser promulgado por el Poder Ejecutivo. Todo ello debe ocurrir antes del 30 de abril, ya que ese día vence el segundo y último plazo que la Suprema Corte de Justicia le otorgó al Congreso para que reforme la Ley General de Salud que en su capítulo sobre sustancias psicoactivas todavía prohíbe todos los usos del cannabis.
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